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Tamaulipas tiene el verdadero paraíso: El Cielo

*Visitar La Biosfera de El Cielo prácticamente es llegar a la cima del paraíso.

Por Diana Alvarado

Es verdad que Tamaulipas tiene el verdadero paraíso, visitar la Biosfera de El Cielo es llegar a la cima pues se encuentra a 2 mil 320 metros sobre el nivel del mar; es uno de los lugares más bellos de la entidad, lleno de un verde infinito y una fauna muy singular.

Para llegar a El Cielo, debes ir a la ciudad de Gómez Farías, Tamaulipas por la carretera nacional número 85, cerca de Ciudad Mante a 42 kilómetros y 112 de Ciudad Victoria.

En el pequeño municipio de Gómez Farías se tienen los servicios de hospedaje, alimentación y transporte a El Cielo, claro no pueden faltar los guías turísticos.

Se encuentra dentro de la Sierra Madre Oriental, la reserva de El Cielo cuenta con 144 mil 530 hectáreas que integran los municipios de Llera, Jaumave y Ocampo. Fue un decreto de 1985 que declaró como Reserva de la Biosfera.

Mientras que las Naciones Unidas declaran un año más tarde como Reserva de la Humanidad.

Es el verdadero paraíso, les decimos, porque tiene 255 especies de aves, 175 migratorias, reptiles, anfibios, murciélagos, pero también animales salvajes.

Existen diferentes tipos de climas que combinan la flora, especies propias de montaña, bosque con pino-encino, selva tropical y lluvia.

Quienes acuden a visitar la Biosfera, son los amantes de la naturaleza y deportes extremos aventureros, existe una tirolesa con 900 metros de distancia de la zona poblada, solamente tiene un costo de 250 pesos por persona. Es por ello que El Cielo es completamente apta para el ecoturismo y el campismo.

En el Valle del Ovni en la Reserva de la Biosfera de El Cielo puedes acampar en un espacio grande de área verde, ubicado en el ejido Alta Cima, a unos 400 metros de cabañas del ejido Canindo.

Tanto la Alta Cima y San José, son dos sitios más visitados en donde también se ofrece alimentación a costos accesibles y guías para acudir a sitios como la Cueva del Agua,  se puede admirar la flora y fauna abundante aves o restos fósiles, o practicar diversos deportes, ya sean los relativamente sencillos, como senderismo, ciclismo de montaña y paseos en lancha, el descenso a sótanos a rapel, la escalada de montaña y el kayaquismo.