Columnas

Urge Súper Gabinete

Américo Villarreal Anaya, gobernador electo de Tamaulipas tiene en sus manos la enorme responsabilidad de definir el gabinete de altura que exige la sociedad y que le apoyará en su primer año como titular del Poder Ejecutivo Estatal.

La compleja realidad administrativa, política y económica que heredará del peor gobierno en la historia de la entidad, sumada a la crisis económica nacional pos-pandemia y afectada por el impacto del conflicto bélico Rusia-Ucrania, exige que además de lealtad, capacidad, formación profesional, institucionalidad y amor por Tamaulipas, el equipo tenga la habilidad de ser un gran gestor y posea capacidad de interlocución con el gobierno federal y la sociedad.

Nuestro estado tiene prisa por gran progreso y aprovechar al máximo los dos últimos años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el principal impulsor de Américo Villarreal Anaya como político, pues fue quien lo rescató las medias burocracias para encumbrarlo primero como Senador en 2018 y candidato a gobernador en 2022.

El hecho de que los gobiernos federal y estatal, esté desfasados en sus periodos sexenales, ha influido en que Tamaulipas no haya tenido buenos respaldos federales, pues por lo general la influencia del centro se ve en la selección del candidato, pero solo tiene dos años de respaldo sólido y cuatro con otro gobernante, a veces de distinto equipo o partido y por tanto distante.

Por tanto, se impone la necesidad de un gabinete a la altura de esos retos, desafíos, exigencias, urgencias y emergencias de Tamaulipas.

El gobernador no puede hacer todo, todo el tiempo, así que requiere de un gran equipo de colaboradores preparados, eficaces y eficientes, capaces de poner orden en la administración, planear, proyectar, gestionar y concretar.

Serán dos años fundamentales para erigir la plataforma que más allá del slogan de la cuarta transformación, en los hechos transforme a la entidad, permitiendo el mejor aprovechamiento de las fortalezas y potencialidades de cada una de sus regiones.

Un elemento a favor es que habrá gobiernos del mismo origen partidista federal, estatal y en siete de los ocho municipios tamaulipecos más poblados. Oportunidad histórica que debe capitalizarse.

Tamaulipas es la esquina dorada del noreste del país, una plataforma logística para las importaciones y exportaciones a través de sus 371 kilómetros de frontera y 18 puentes con Texas (EU) y 430 kilómetros de litoral en el Golfo de México y sus cuatro puertos marítimos.

Pero es mucho más que eso pues tiene una agricultura y ganadería pujantes, silvicultura, citricultura, pesca, agua, gas, electricidad y sobre todo un capital humano capacitado emergente que demanda y exige nuevas oportunidades en sus regiones, para dejar de emigrar a otras zonas del país.

De ese tamaño es la responsabilidad del nuevo gobernante en la designación de los integrantes de su gabinete estatal.

Un gobernante que aspire a ser un buen líder se rodea de elementos inteligentes, expertos y visionarios en cada una de las disciplinas, no de súbditos que acaten órdenes y estén a la espera de atender instrucciones.

La mediocridad del gabinete del gobierno estatal saliente, debe ser un referente de lo que no se debe de hacer en la administración pública.

La experiencia de más de 30 años en el sector gubernamental de Tamaulipas por parte del gobernador electo, así como la Maestría que cursó en Administración en el Senado de la República, le dan las bases para una mejor determinación sobre su equipo.

De los nombres que se han ventilado como posibles, viables o cercanos, no todos reúnen las características, por lo que sería ocioso repetirlos.

Lo importante es que el gobernante que empezará su mandato el primero de octubre próximo, convoque a las mejores mujeres y hombres al gabinete.

Y no caiga en los errores de los últimos dos mandatarios Egidio Torre Cantú y Francisco García Cabeza de Vaca, quienes quisieron ser todólogos, es decir, “el bueno, el malo y el feo de la película sexenal”, terminando en desastres, confirmados en el rechazo posterior en las urnas, dando paso a las alternancias políticas.

Pronto, en solo unos días, que puede ser la próxima semana o el mismo día 30 de septiembre, se despejará la incógnita por parte de Américo Villarreal Anaya.

Confío no defraude con un «gabinetito» a la sociedad que le dio su voto de confianza para hacer un buen gobierno. Y que pueda estar a la altura o superar al que hizo su padre el Ingeniero Américo Villarreal Guerra, que es con quien le van a comparar.

Superar a Egidio o Francisco, es pecada minuta, hasta con los ojos cerrados.