Columnas

Debate «mocho»

Por: Javier Terrazas

Y finalmente ayer 22 de mayo a las 19:00 horas se realizó el segundo debate entre candidatos a gobernador en la entidad, organizado por el Instituto Electoral de Tamaulipas.

Resultó un mini-debate, un debate mocho.

No acudió el abanderado de Morena, PT y PVEM, Américo Villarreal Anaya. Y los aspirantes por MC Arturo Diez Gutiérrez Navarro y César Augusto Verástegui Ostos del PAN-PRI-PRD, se quedaron cortos.

Por más esfuerzos que hizo el moderador Javier Solórzano Zinser para hacer específicas las preguntas, incluso reiterarlas, las respuestas fueron de generalidades. Salían a relucir sus frases ensayadas o clichés

Los temas fueron Educación, Estado de Derecho y Desarrollo Social.

Había subtemas para que los abordaran con mayor precisión, pero las respuestas se mantuvieron en lo genérico.

Más que las visiones de las plataformas políticas e ideológicas de los partidos que les postulan, afloraron las visiones de un empresario mediano (Arturo) y un alcalde de pueblo o jefe de policía (César).

Ante la falta de propuestas sólidas, datos duros relevantes de la entidad sobre educación, estado de derecho y desarrollo social, así como las políticas públicas que implementarían para la atención de rezagos y su consolidación, enfocaron sus esfuerzos en cuestionar al ausente.

Se ayudaron con imágenes y tablas. Uno haciendo énfasis en el desabasto de medicinas por parte de la federación y el otro, aludiendo la versión periodística de presunción de financiamiento por el Sergio Carmona. etiquetado como huachicolero.

Y se les olvidó que había que confrontarse entre ellos.

Lo más duro que hizo César Verástegui Ostos contra Diez fue regalarle 19 segundos de su tiempo para que citara los 43 municipios de la entidad, pero la respuesta precisa no llegó, únicamente reafirmó haber recorrido los 43.

En tanto que Diez, en forma genérica aludió no solo a Américo, sino a César Verástegui de tener vínculos con la delincuencia organizada. Tampoco hubo respuesta de Verástegui.

Lo más cercano que estuvo Arturo Diez a la ideología del Movimiento Ciudadano fueron la corbata y los calcetines naranjas. Pues ofreció en forma recurrente un gobierno empresarial.

Mientras que Verástegui, apeló al paternalismo y asistencialismo más típico de los gobiernos priistas que los panistas. Sus mayores ejemplos fueron de su experiencia de gobernar dos veces Xicoténcatl.

Ambos presumieron sus experiencias y ejercicios de gobierno municipales.

Pero Arturo Dejó trinando a Victoria, al concluir su mandato municipal. Solo lo superaron Xicoténcatl González y Pilar Gómez en mala calificación del pueblo.

Y César, no logró poner en el mapa a su terruño en sus dos trienios. Tampoco hizo nada para evitar el cierre del Ingenio Azucarero de Xicoténcatl, a pesar de que era el motor económico de la región. Como segundo funcionario más importante del actual gabinete estatal, se quedó cruzado de brazos.

Si consideramos solamente a los dos candidatos que asistieron, Arturo y César, el debate fue muy plano. Sin réplicas y contrastes valiosos.

El más relevante, fue el que acentuó la visión empresarial de Arturo,  en el tema de combate a la pobreza, al enfatizar la necesidad de preparar y capacitar a las personas para enseñarlos a trabajar y producir para resolver sus problemas, en lugar de darles.

Mientras que César machacó sobre la necesidad de apoyarles con subsidios, porque carecen de apoyos para empezar.

En tanto que, en la atención de rezagos en infraestructura escolar, en el tema de educación, Arturo subrayó la tarea del Estado en resolver esas carencias; en tanto que César, planteó la necesidad de que aporten los padres, el municipio y el Gobierno del Estado, ante la incapacidad o ausencia de la federación.

Quien mejor aprovechó los dos minutos para despedirse y solicitar el voto a la audiencia fue el abanderado de Movimiento Ciudadano. En tanto que el panista, se volvió a trabar un poco y no usó todo su tiempo, desperdiciando algunos segundos.

Si impericia para las respuestas de botepronto cuando hubo momentos que se prestaban para el sarcasmo, solo brotaron en su rostro las sonrisas irónicas.

Ante la falta de fondo en los dos participantes y la ausencia de críticas más sólidas sobre las debilidades o presunciones del ausente (Américo), el debate quedó cojo.

No hubo un gran ganador, ni un gran perdedor de los presentes

Ni siguiera puede afirmarse que el ausente fue el perdedor o el ganador.

Lo que faltó en los dos debates fue una mejor preparación de los tres y dos candidatos, respectivamente.

Y mejores candidatos.

Espero que aprendamos la lección para la próxima contienda de gobernador en Tamaulipas.

Para que los partidos presenten a cuadros más calificados, más sólidos, más contundentes, que motiven a ver los debates y participar en las urnas.

Urgente rescatar la política tamaulipeca, de la lamentable devaluación sexenal.

En síntesis, fue un «debate mocho».