Columnas

Empoderando a la mujer en el discurso político

De Primera…… La Dama de la Noticia

Por Arabela García……

Empoderando a la mujer en el discurso político

Campañas electorales exitosas para mujeres

La pregunta es si existe diferencia entre una campaña de un hombre y de una mujer dado el grado de igualdad que hoy se pretende dar a la mujer en las campañas políticas.

Nos hace reflexionar sobre la participación tan fuerte que ha impuesto MAKI ORTIZ en Tamaulipas destacándose en menos de dos años como un gran prospecto por Morena y haber logrado como aspiracionista colocarse en las encuestas.

Entonces cabe hacer la pregunta cuál es la fórmula que se usa ¡!.

NO hay diferencias técnicas entre la realización de campañas electorales para mujeres y para hombres. Lo que sí cambia es el mensaje planteado y la adecuación en la sociedad donde será realizada.

La cuestión central, sin embargo, es: ¿cuál será el mensaje planteado?

Hay que tener en claro que estamos en una sociedad donde la participación de las mujeres en la política todavía no está naturalizada en la cultura y, en varios países, está envuelta de estereotipos y perjuicios. De esa manera, su presencia en la política está relacionada con superar obstáculos por los cuáles no están sometidos los varones, aun cuando la mayoría que vota sea del sexo femenino.

Por ejemplo recibir acoso sexual, ser el blanco de burla por el hecho de ser mujer, ver reuniones agendadas en horas del día cuando las mujeres madres están comprometidas con actividades maternales, no formar parte de mesas de decisiones, o ser considerada adorno o solamente un número en las cuotas obligatorias.

Por otro lado, el hecho de haber pocas mujeres en ese espacio, les puede regalar visibilidad y un discurso con un plus natural. Ser mujer representaría una diferencia con lo que ya es habitual.

Aunque el discurso represente un plus por ser mujer, no es necesario decirlo. La imagen únicamente enseña la cuestión biológica y son las propuestas de trabajo las que hacen alcanzar credibilidad.

No se recomienda, por lo tanto, que la candidata se encasille en una agenda de género. Lo que se exhorta es saber que cualquier gestión pública se destina a toda la población. Las acciones afirmativas para mujeres pueden formar parte de su programa de gobierno o legislatura, si así se siente más a gusto.

El hecho de ser mujer no necesariamente implica que toda su actuación sea direccionada para mujeres. Se cuestiona si la mujer debe enfocar su campaña a temas específicos justamente porque su imagen está relacionada con más intensidad con temas que tienen que ver con la sensibilidad. De ser así, hay que observar ¿cuál es la campaña: para diputada, para gobernadora? ¿Qué temas interesan a la población? ¿En qué temas cree la candidata?

Eso vale también a decir que las mujeres candidatas deben tener como foco hablar de los asuntos “soft” de la política, como políticas sociales, salud, educación, asistencia social. Aquí se encuentra uno de los estereotipos de la política electoral, pues no es raro observar discursos que afirman que a las mujeres es regalada la función de adorno de ceremonia o ¡de cuidar de la ciudad, como se cuida de una casa! Economía, obras, infraestructuras… conforman planes de gobierno, sin importar el género del candidato.

Para comunicar a la ciudadanía porque es merecedora de su voto, una candidata enfrenta los mismos retos que un varón: debe conocer sus fuerzas, sus debilidades, conocer además a quien representa, tener una red grande de apoyadores y saber cuáles son sus creencias para ofrecer ideas coherentes con su ideología.

Hay que cuidar que el cotidiano de la candidata no sea distinto de lo que se muestra en los medios, como una candidata que tiene una apariencia en persona y otra en su comunicación mediática.

Una de las fronteras entre una campaña masculina/femenina residiría en especial en ese aspecto de la evidencia de lo sensible. Mientras estemos en una sociedad donde a un varón se le obliga a que sea fuerte y la sensibilidad esté afín con la debilidad, tocará a las mujeres enseñar que el sensible puede y debe convivir en espacios de decisión pública.

El liderazgo femenino nace de saber las diferencias y, sí, de proponer una manera distinta de hacer política. Es un reto para las mujeres, los electores y los partidos. ¿Todos están preparados para ver y proponer nuevas maneras de vivir la política?

Estamos a pocos pasos de que Tamaulipas pudiera tener una gobernadora, habremos de esperar un poco para que Morena defina mediante encuestas si los tamaulipecos deciden a una mujer, la cual se enfrentara a la oposición con un varón ya que la alianza no contempla una mujer.

Sugerencias y comentarios arabelagarcia01@hotmail.com