Columnas

Los elogios de AMLO a Américo, hablan de su grandeza

Los elogios de AMLO a Américo, hablan de su grandeza

Por María Jaramillo Alanís

Al inaugurar las instalaciones del 16º Regimiento de Caballería Motorizada en Nuevo Laredo, el presidente Andrés Manuel López Obrador en esta nueva visita a Tamaulipas, elogió al gobernador Américo Villarreal, al que le dijo honesto e íntegro, cierto, muy distinto a lo que padecimos los ciudadanos durante los últimos tiempos.

Si alguien conoció al PRIAN en su más pura forma de gobernar, fue Andrés Manuel, el presidente sabe perfectamente que él y Américo se enfrentaron y enfrentarán a ese grupúsculo que se niega a morir, y que quiere regresar a través de un proyecto político que ya no tiene pies ni cabeza, y que solo les une sus intereses personales y la ambrosía por el poder.

Por eso es tan importante lo dicho por López Obrador a Américo, pues la fortaleza de un gobernante, lo dice una y otra vez el presidente, es su moralidad, su alto valor solidario, responsable, empatía, honestidad, voluntad, compasión, la gratitud, amor, perdón con los que menos tienen, eso se le deben meter entre ceja y ceja todos y cada uno de los secretarios estatales, los que se van y los que se quedan.

En una palabra, es urgente y necesario que lean la Cartilla Moral que desde el inicio del gobierno de la Transformación impulsa López Obrador entre los ciudadanos, y la nueva oleada de políticos, mujeres y hombres.

La relación política y de trabajo entre AMLO y Américo, es de primerísimo nivel, y hasta es posible que sea la primera vez que un presidente y gobernador mantengan una extraordinaria relación de trabajo y personal.

Y es lo que ha facilitado al ejecutivo estatal reconstruir y relanzar aspectos del desarrollo que se habían estancado, por la irresponsabilidad de quienes hicieron del ejercicio gubernamental un coto de poder personal y familiar.

Con el gobierno panista el desorden administrativo, financiero, de saqueo, de amiguismo y negocios familiares, Tamaulipas sufrió el abandono en cada uno de los rubros, carreteras, hospitales, infraestructura urbana, ellos y ellas, -panistas- solo vieron la oportunidad de hacer negocios junto a sus socios priistas y perredistas, y todo esto está siendo socavado, desterrado.

Gracias a la determinación presidencial de transformar al país y la visión del gobernador, ha sido posible dar pasos agigantados hacia la construcción de paz y el establecimiento de un servicio de seguridad pública eficiente y confiable, con el que ya es posible brindar la protección que por muchos años carecieron los ciudadanos, a sus familias y a su patrimonio.

La inauguración de las instalaciones del 16° Regimiento es un hecho fehaciente de que la Federación hace un esfuerzo sin precedentes en materia de seguridad y de la consideración especial que brinda a Tamaulipas, pues el proyecto no termina ahí, pues  para septiembre de 2024 el presidente volverá a Nuevo Laredo para inaugurar la Agencia Nacional de Aduanas, ANAM, con lo que ese municipio tamaulipeco se habrá consolidado como el paso más importante de mercancías del país, potenciando, al mismo tiempo, más inversiones e ingresos para el municipio y para la entidad.

La relación AMLO-AVA está en su mejor momento y esa relación de confianza y respaldo debe ser aprovechada por los tamaulipecos de bien, para que más cosas buenas ocurran en Tamaulipas, para lo cual deben usar su creatividad impulsando más proyectos edificantes y de bienestar, en vez de sembrar discordias, que al final de cuentas son causales de violencia que solo festinan los conservadores.

Para que nuevas cosas buenas sucedan, Tamaulipas debe prepararse con mayores y más ambiciosos proyectos para cuando reciba a López Obrador en febrero próximo en que regresará para asistir al Segundo Informe del Gobernador Villarreal Anaya.

Los elogios del Presidente Andrés Manuel a Américo, solo hablan de la grandeza de un patriota y de un estadista a un compañero de batallas y un compañero en el camino de la transformación.

Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.