Columnas

¡Oh que la mamá…!

David Ed Castellanos Terán

@dect1608

¡Oh que la mamá…!

Mucha alharaca se ha hecho del saludo entre Andrés Manuel López Obrador y la señora Consuelo Loera Pérez, el presidente de México y la mamá de “El Chapo, pero por favor prudencia en los comentarios y más si vienen del extranjero.

La señora madre del narcotraficante encarcelado en Estados Unidos, sin duda está haciendo lo que la mayoría de las mamás harían por sus hijos, que en cierta medida ella tiene una parte de la culpa, sí lo creo; pero el libre albedrío que hoy exonera a su señora madre amigo lector de sus errores, es el mismo que exime de toda responsabilidad jurídica a doña Consuelo.

Tristemente nos hemos inventado una casi doctrina a la que llamamos “Derechos Humanos”, un auténtico mito al que recurrimos según la conveniencia misma. No comulgo en mucho o casi nada, por no decir que en lo absoluto con la estrategia de comunicación política de la 4T, pero reconozco que presionado o no por un convoy, el presidente no hizo mal en saludar a la señora, al fin de cuentas, es mexicana, no es delincuente, tampoco se le persigue por ningún cargo y sin dudarlo si en su familia mi querido lector contaran con el mismo poder que Guzmán Loera, el presidente de México se hubiera acercado y extendido la mano a quien le dio la vida como lo hizo este fin de semana el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

No hace mucho tiempo, allá por el 2010 en Tamaulipas, cuando Zetas y Golfos se rompían las medias, alguien me dijo que no había mejor corredor de narcóticos que la SEDENA, me reí, claro que jamás dudaría en la honorabilidad y lealtad de la Defensa Nacional; pero luego hubo otro personaje que me advirtió, el narcotráfico o ahora conocido como crimen organizado o cárteles de la droga “somos como una hormiguita en la palma de la mano, si ellos quieren nos acaban”, no me quedó más que sonreír, supuse que estaba bromeando, pues esa persona formaba parte de la Secretaría de Seguridad Pública.

Que con todo esto, estimada y estimado hermano de Cristo, la señora hace hasta lo humanamente posible por buscar estar cerca de su hijo, si usted quiere verlo así, ella sólo busca el “bienestar” de su hijo, y esto es gracias a que los mexicanos tenemos un ciudadano con el que puede encontrar mayor empatía la Sra. Consuelo, y por supuesto apegada a la ficción de las leyes tanto nacionales como internacionales, las mismas de aquel país del norte que le negaron la visa humanitaria, y claro, era de esperarse, pues desde que se le dictó sentencia se le notificó a la familia que sólo las gemelas podrían visitar y ver al mexicano más poderoso del mundo.

De la carta dirigida y  entregada a la presidente firmada por María Consuelo Loera Pérez, me quedo con dos cosas:

1.- Los parabién religiosos que envía al presidente para que “nuestro Señor Jesucristo lo ilumine y lo colme de bendiciones en esa, esa tarea que el pueblo de México le asignó”.

2.- El penúltimo párrafo que valida al sexenio de Enrique Peña Nieto, “deseo insistirle sobre su apoyo para que se me permita visitar a mi hijo, ya que mi edad avanzada, 92 años, y las enfermedades que me aquejan, así como mis grandes deseos de verlo, ya que tengo más de 5 años sin verlo”.

Un hasta pronto al tampiqueño José Luis González Meza.

davidcastellanost@hotmail.com