Columnas

Voto de castigo…

Cada tres o seis años, los ciudadanos tenemos la oportunidad de acudir a las urnas. A veces elegimos alcaldes y diputados locales. Otras ocasiones alcaldes, diputados y gobernador. Una más, Diputados Federales. Y a la siguiente, Diputados Federales, Senadores y Presidente. Poco a poco, se han ido empatando o sincronizando los procesos electorales estatales con los federales.

La idea es que haya menos elecciones, para que las autoridades constituidas se pongan a trabajar, a gobernar, resolver problemas y ser rectores del desarrollo. La única elección que no se ha puesto en sintonía con la federal, es la de gobernador.

Por ello, ahora los tamaulipecos solo elegiremos al gobernador que durará los próximos seis años. Se tiene la oportunidad única e histórica de valorar mejor las opciones que los partidos presentan a la ciudadanía. Sin que se tenga influencia del candidato presidencial, de los candidatos a alcaldes, o de los diputados locales, federales, o senadores.

En el aparador de la política, están solo tres alternativas. Américo Villarreal Anaya, eterno burócrata de segundo nivel en la Secretaría de Salud, hijo de un buen ex gobernador priista (Américo Villarreal Guerra); convertido a militante de Morena en el 2018 cuando fue electo Senador de la República, postulado por Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México.

César Augusto Verástegui Ostos, ex líder cañero de la CNC y del PRI, convertido en panista hace más de 18 años. Dos veces alcalde de su natal Xicoténcatl, Diputado Federal, dirigente estatal del PAN hace seis años y Secretario General de Gobierno por casi seis años en el mal gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca.

Es postulado por la extraña alianza PAN, PRI y PRD. Arturo Diez Gutiérrez Navarro, panista es su juventud, dirigente municipal del PRI como peldaño para ser alcalde de Victoria, con un pobre resultado, solo superado en negativo por los panistas Xicoténcatl González Uresti y Pilar Gómez Leal.

Es postulado por el Partido Movimiento Ciudadano. Como puede apreciarse, hay elementos para calificar las responsabilidades propias que cada uno de los contendientes ha desempeñado en el servicio público en Tamaulipas.

Así como valorar lo que representan y han aportado los partidos que les postulan. La alianza de Morena, con los partidos que años atrás fueron satélites del PRI. O la rara unión del PAN, PRI y PRD, hasta hace unos meses acérrimos enemigos.

Y la valentía de MC, que se aventuró a ir solo con el ex alcalde tricolor y empresario radicado los últimos años en Nuevo León. También es importante evaluar o calificar los resultados del partido que ejerce actualmente el poder estatal, la gubernatura.

Hace seis años, cuando el hartazgo de la sociedad con el PRI le dio la oportunidad de la alternancia al PAN, con Francisco García Cabeza de Vaca, generó grandes expectativas. Sin embargo, la mayoría se quedaron en promesas incumplidas. Tampoco puso fin a las viejas prácticas viciadas del tricolor que ofreció combatir y erradicar.

La “industria del porcentaje” subió y floreció. Puso el esfuerzo local para que de la mano con SEDENA, MARINA y FGR, mejorara un poco la seguridad y la movilidad carretera. Son contrapesos fuertes que tiene el candidato del PAN, César Augusto Verástegui Ostos. Ayuda un tanto a la Alianza “Va por Tamaulipas”, que una parte sector empresarial estatal, sigue viendo al presidente Andrés Manuel López Obrador, sus políticas y ocurrencias mañaneras como “un peligro para México”.

Y consideran necesario hacer un contrapeso al gobierno federal rumbo al 2024. Por lo que a pesar de los magros resultados del “Cabecismo” en la entidad, ven al trío PAN-PRI-PRD como alternativa viable para el futuro. Se deduce pues, que hay un segmento amplio de votantes de diversas edades, que ejercerán el voto de castigo en uno u otro sentido.

Mi percepción es que la mayor parte del voto de castigo será para el PAN-Gobierno del Estado (Francisco García Cabeza de Vaca) Y otra proporción importante pero menor, será en voto de castigo para MORENA-Gobierno Federal (Andrés Manuel López Obrador.

Otros grupos de votantes sufragarán quizá porque las propuestas de los candidatos los convencieron, por el compromiso laboral, por cercanía con alguno de los participantes en la contienda, por tradición partidista, por el “pago del voto”, en respuesta a subsidios como pensiones, becas, despensas, paquetes de materiales, microcréditos, entre otros. Pero sin duda, el voto de castigo será decisivo.

Por ello, los gobernantes no deben olvidar que son servidores del pueblo, que son mandatarios de la sociedad. Y no que la sociedad los empoderó para servirse, atropellar, reprimir y ajusticiar. Como lo hace la mayoría, desgraciadamente.

Hoy el pueblo se erige en juez. Y por lo general es un juez justo. Sabe castigar al mediocre y premiar al bueno. Solo hay que esperar unas horas, para conocer el veredicto. Habrá un votado. Y dos botados (echados, corridos, vetados). Así es la vida, se cosecha lo que se siembra.